Deseamos tener grandes especios verdes, avenidas con arbolado, alineaciones vegetales en las calles pero ¿cuidamos nuestros árboles?
Cada inicio de la primavera o un poco antes observamos a numerosos operarios municipales dedicándose a la poda de árboles pero ¿los observamos abonándolos? ¿Los riegan frecuentemente? ¿Los podan adecuadamente?
Hace tres años impartí un curso de jardinería en un importante ayuntamiento de la Comunidad de Madrid, con una enorme superficie dedicada a zonas verdes. de hecho se estima en más de 50 m2/habitante de zona verde pública cuando los planes generales de urbanismo establecen 5 m2 por habitante.
En aquellos momentos la plantilla era de 20 jardineros y nunca habían recibido formación específica en lo que se refería a la poda de árboles y arbustos. ¡Increíble!
Traslademos esa carencia de formación hacia las actuaciones ordinarias de mantenimiento. No hace falta imaginar las consecuencias... pero no sólo cometemos errores en las labores de mantenimiento. El problema suele surgir con anterioridad, en el momento de diseñar los espacios verdes y elegir las especies más adecuadas.
En gran número de ocasiones se eligen las especies de árboles a implantar en función de numerosos parámetros pero casi nunca se incluyen aquellos que se refieren al propio árbol (años de vida, potencia de las raíces, alturas máximas...). El color, la floración y otros elementos decorativos si son considerados pero no aquellos que pueden ser origen de grandes problemas.
.. y aún así, les exigimos una adecuada sombra, que resguarden del viento, que mantengas el frescor del entorno.