Gravas decorativas: tipos y usos
Artículo revisado por el Comité
Las gravas decorativas son cada vez más habituales en los jardines. Te explicamos por qué y qué tipos puedes encontrar.
Las gravas no solo se emplean como material de construcción. Entre sus usos más habituales está la decoración de jardines, que adquieren una naturalidad exquisita con la presencia de estos materiales. Las empresas de paisajismo de primer nivel se sirven de ellas para crear espacios sorprendentes.
Las gravas y áridos tienen cada vez más aceptación entre los jardines debido a las múltiples ventajas que poseen:
- Son más baratos que otros elementos como el césped y requieren de menos mantenimiento que este.
- Son muy fáciles de instalar.
- Preservan la humedad propia de la tierra, lo que beneficia a las plantas, que crecen más sanas y fuertes.
- Ofrecen la posibilidad de crear distintos diseños jugando con los colores y tamaños.
- Posibilitan tener jardines sostenibles y ecológicos. A diferencia del césped, por ejemplo, que requiere mucha agua, el empleo de gravas decorativas en los jardines permite ahorrar agua y hacer un uso responsable y sostenible de los recursos.
- Protegen la tierra de los cambios bruscos de temperatura. Son un perfecto aislante natural, preservando la temperatura del terreno a pesar de las altas temperaturas del verano o el frío gélido del invierno.
Por todo ello, las gravas se han convertido en un elemento de decoración destacado para los jardines. Pero, además de su empleo como elemento decorativo, las gravas permiten definir y delimitar zonas dentro del jardín, por lo que, además de su función decorativa, es menester destacar su función como elemento delimitador de espacios.
Tipos de gravas para el jardín
En las tiendas de jardinería podemos encontrar distintos tipos de gravas y áridos. Las más habituales son las siguientes:
- Rocallas. Son conjuntos de grandes piedras que se emplean mucho para aislar plantas, aunque también sirven de decoración. Su característica principal son las hendiduras que presenta las calizas (piedras más empleadas). Son muy demandadas porque consiguen mantener la humedad de la tierra y facilitan su drenaje natural.
- Bolos. Pueden ser de mármol, cuarzo, granito, basalto o arenisca. Los hay de diversos tamaños y colores. No son más que piedras redondeadas artificialmente que se emplean para decorar jardines, pero también acuarios.
- Cantos rodados. Son quizá las gravas más empleadas y conocidas para la decoración de jardines. Su empleo fundamental es cubrir el suelo de espacios verdes en general (caminos, accesos a las viviendas o las parcelas, zonas de juegos, etc.) y de jardines en particular. También se usan para cubrir las jardineras de terrazas y balcones, así como elemento de decoración, ya que es muy económico y fácil de instalar y mantener.
- Gravas. Es el resultado del triturado artificial de las piedras. Como los bolos, podemos encontrar en las tiendas especializadas gran variedad de tamaños (granulometría) y colores, por lo que ofrecen múltiples opciones de decoración para los jardines, donde se pueden combinar distintos tipos de gravas. Como las anteriores, también se usan para definir espacios. Debido a su facilidad de instalación y mantenimiento (solo requiere colocar una mala geotextil bajo la misma) y al precio tan interesante que tienen, son quizá la opción mas demandada por paisajistas y jardineros.