Se dice que el origen de la palabra celosía es el término “celos" porque el objetivo de este elemento decorativo –que tuvo su momento de apogeo en la arquitectura andalusí- era proteger las ventanas de las casas para que, aunque sus habitantes sí pudieran ver lo que ocurría en el exterior, nadie se fijara en quién miraba a través de ellas. Es decir, protegían celosamente lo que ocurría en el interior de las viviendas.
Sea cierta o no esta leyenda, las celosías se han empleado durante siglos no sólo para decorar ventanas sino también para, por ejemplo, aligerar el peso estructural de las construcciones o separar ambientes permitiendo la entrada de luz a los interiores. Hoy en día, además, son uno de los elementos más empleados en las zonas ajardinadas con todo tipo de usos.
Decorativas y prácticas
Estos tableros calados que, además, pueden fabricarse con diversos materiales, resultan especialmente útiles en jardines y terrazas porque, además de decorar, sirven:
- Para sombrear ligeramente algún espacio, situándolo en un lateral o en la parte superior de una estructura.
- Como estructura en sí: puede separar ambientes por sí solas o ejercer de soporte de plantas trepadoras –en este caso es frecuente el uso de celosías extensibles- o de algún tipo de lona o toldo que proteja algún espacio de las inclemencias del tiempo.
Materiales que pueden emplearse
En función del uso que se le vaya a dar se fabricarán con uno u otro material aunque, en general, los más utilizados son:
- Madera: Es la que se ha empleado más frecuentemente. Las actuales se fabrican con maderas especialmente tratadas para exteriores y su precio varía según el tipo de madera y el diseño de la celosía –puede ser muy sencillo, tipo romboide, o presentar un calado más elaborado-. Teniendo esto en cuenta, el coste estándar de una unidad de 1,5 m. x 1,5 m. puede oscilar entre los 60 y los 180 euros.
- Metal, chapa: Normalmente se utiliza el hierro o el aluminio y tiene más una finalidad de protección o de delimitación de espacios que decorativa. El precio también es diferente según el tipo de perforado que presente, aunque son más elevados que la madera.
- PVC y resinas: Son muy resistentes, no requieren mantenimiento y, aunque el calado raramente admite variaciones –se opta por diseños geométricos estándar- son también las más económicas, ya que su precio puede reducirse hasta los 30 o 40 euros.