El compost suele estar preparado para funcionar como abono orgánico para el jardín en un plazo de entre 3 meses en primavera y verano y 5 o 6 meses en las estaciones más frías, a partir de haber iniciado el proceso de descomposición de los restos orgánicos –y siempre que se hayan mantenido las condiciones idóneas para ello-.
Para ver si ya está preparado la mejor opción es tomar un puñado y observarlo detenidamente. Deberá presentar un color marrón oscuro o negruzco y estar frío. El olor debe ser similar al de un bosque o jardín muy poblado, neutro, ni ácido ni excesivamente fuerte.
Cuando esto ocurra es importante, por una parte, mantener las condiciones que se hayan seguido para conseguir una producción continua y, por otra, tener en cuenta algunos consejos para sacarle el mayor partido:
- Se debe aplicar directamente sobre el suelo una vez al año, generalmente en otoño o en invierno si el clima esespecialmente cálido.
- Suele dejarse sobre la superficie, como si fuera una capa más, de unos 5 cm. de grosor para que funcione como acolchado o también puede incorporarse al suelo en sí.
- Si se quiere añadir a la tierra de las macetas es importante pasarlo previamente por un tamiz para eliminar restos que puedan estropear las plantas por su tamaño o porque no lleguen a descomponerse del todo.
- No obstante, es importante saber qué tipo de suelo se dispone para controlar el tipo de compost que le resulta más adecuado, ya que hay ocasiones en las que éste puede ser altamente efectivo al inicio de la descomposición, cuando está fresco –a los 2 o 3 meses- o que haya que esperar a que esté maduro –es el obtenido tras un proceso de descomposición de entre 6 y 9 meses-.