¿Se puede saber cuál es exactamente el mejor momento para regar un cultivo y favorecer así el ahorro del agua en el sector de la jardinería? Este es el objetivo que se propuso alcanzar un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y, gracias al cual, desarrollaron un sistema que permite conocer las necesidades hídricas de los cultivos y ahorrar, con ello, entre un 25% y un 40% del agua destinada al riego.
Este sistema consiste en un avión no tripulado de siete kilos de peso y dos metros de envergadura dotado con cámaras multiespectrales y térmicas. Así, además de aportar datos sobre el estado exacto del cultivo según la temperatura de la vegetación o el contenido de clorofila, también detectan posibles irregularidades en los sistemas de riego.
Entre las ventajas que ofrece con respecto, por ejemplo, a las imágenes que llegan por satélite o por aviones pilotados, se encuentran su versatilidad, la posibilidad de hacerlo despegar sin necesidad de una pista y la resolución que ofrecen.
La precisión de los datos, una ayuda vital
Estos aviones, que están dirigidos autónomamente, sobrevuelan los cultivos a una altura de entre 150 y 1.000 metros y, mientras que la resolución de una imagen estándar se sitúa en 90 metros, la cámara multiespectral tiene una resolución de entre 10 y 20 centímetros y su cámara térmica de entre 20 y 40 centímetros. Este hecho significa que se pueden obtener datos realmente precisos no sólo por zona de cultivo, sino prácticamente de forma personalizada por cada planta.
Además, los aviones disponen de un sistema de GPS que permite localizarlos en todo momento desde la base, lo que facilita el seguimiento según el plan de vuelo previamente fijado. Igualmente, cabe la posibilidad de cambiar diversas variables de dicho plan de vuelo, tales como la altura o un cambio de rumbo en tiempo real.
Foto: CSIC