Continuando con el artículo de la semana pasada, cada día es más frecuente ver, en nuestro barrio o ciudad, coníferas que adquieren una tonalidad amarronada completa o parcialmente en alguna de sus ramas.
Como decíamos en el artículo previo, este problema puede deberse a varias causas que se pueden dar de forma aislada o varias de ellas al mismo tiempo. Vimos las dos primeras y no por ello las más importantes, por lo que pasaremos a detallar las dos últimas causas que pueden producir la pérdida del valor ornamental de nuestras coníferas:
- Hongos Phytophthora sp (vista en el articulo anterior).
- Hongos Seiridium cardinale o productores de chancros (vista en el articulo anterior).
- Exceso de riego.
- Carencia de algún nutriente (Magnesio o hierro, posiblemente).
Pasemos a ver los dos últimos casos:
3. Exceso de riego.
En muchas ocasiones la desecación puede producirse en un altísimo porcentaje a causa del encharcamiento del sustrato:
- Por exceso de riego
- Por mal drenaje
- Por un suelo poco poroso
- Por suelos demasiado pesados o arcillosos
- Por un hoyo de plantación mal realizado.
La consecuencia de esta mala praxis es que el agua llena los poros del sustrato que debería ocupar el aire y las raíces se quedan pronto sin oxígeno. Al aumentar el CO2 en el entorno radicular se desencadena una serie de reacciones químicas que provocan una pérdida de permeabilidad en las membranas de las raíces. Cuando esto ocurre, la planta comienza a tener graves problemas para absorber los elementos que necesita para vegetar (agua y nutrientes) y por tanto la tonalidad de las hojas comienza a amarillear. De esta forma nosotros vemos la planta afectada con un amarilleo que puede confundirnos con alguna de las causas anteriores si no tenemos en cuenta todos los factores
Por otro lado es muy importante que las coníferas puedan realizar un realizar intercambio gaseoso correcto, por lo que será conveniente realizar un entrecavado en el alcorque o alrededor del tronco, para incrementar la porosidad y ésta llegue hasta las raíces permitiendo una aireación perfecta.
4. Carencia de algún nutriente (Magnesio o hierro, posiblemente)
La falta de magnesio se caracteriza por la seca de las puntas de las coníferas. Si el amarronamiento empieza por los extremos de las ramas se puede aplicar un fertilizante que aporta Magnesio, Nitrógeno y Azufre. Este fertilizante se puede aplicar como preventivo para producir un efecto vigorizante en las plantas y con ello dificultar la entrada de plagas y enfermedades. Aplicaremos anualmente como preventivo, siendo el más adecuado la presentación de "abono de liberación lenta" ya que permanece en la tierra, siendo asimilable por las raíces durante más tiempo, evitando las pérdidas por lavado.
También es posible utilizarlo como curativo si aparecen coloraciones marrones por la falta de magnesio. Es algo habitual que ocurra en pinos, abetos, tuyas. En este caso es más interesante realizar pulverizaciones con abonos foliares de alto contenido en nitrógeno y aminoácidos asimilables por la planta a través del follaje. Estos serán a primera hora de la mañana por toda la masa aérea de la planta y repitiendo la operación semanalmente durante las tres semanas siguientes. Estas aplicaciones producen un efecto reverdeciente muy rápido, lo que puede sernos muy útil.
En Planta Vertical podemos realizar estos tratamientos de fertilización, ya sea como curativo o de prevención para la vigorización de la planta.