La gran variedad de aplicaciones que tiene el limón y, sobre todo, su longevidad, vistosidad y los sencillos cuidados que requieren los limoneros, hacen de esta especie una de las preferidas de los amantes de las plantas para tener en cualquier jardín. No obstante, es un árbol que no resiste ni la sequía ni las bajas temperaturas por lo que conviene tener en cuenta una serie de premisas para que el invierno no acabe con él.
Cubrirlo con telas especiales:
Si, como suele ser habitual, el limonero está plantado en un jardín o patio exterior, o en una maceta en el caso de las variedades más pequeñas, hay que protegerlo de las temperaturas extremas y de los vientos fuertes. Para ello, lo mejor es utilizar un tipo de tela que pueden encontrarse en cualquier establecimiento especializado y que garantiza poder mantener una temperatura cálida y estable y la correcta transpiración del árbol –lo que favorece también el correcto nivel de humedad-.
Vigilar el riego y la humedad de la tierra:
Este cítrico requiere, en general, mucha agua, por lo que el riego debe ser constante durante todo el año salvo en invierno, que puede reducirse ligeramente y realizarse dos o tres veces por semana. Lo importante es vigilar que no se seque –tampoco que se encharque- y controlar que la tierra esté abonada con los macro y micronutrientes que se recomiendan según las diferentes variedades y la altura que presente el árbol.
Asegurarse de que recibe abundante luz solar
Los limoneros deben estar siempre ubicados en zonas en las que reciban luz directa del sol por lo que, dado que en invierno hay menos horas de luz, es importante prestar atención a su situación –sobre todo en el caso de que estén plantados en macetas, ya que es más fácil moverlos para buscar el mejor espacio-.
Poda y recolección de los limones
La poda se realiza en primavera, pero en invierno se pueden realizar pequeñas limpiezas en caso de que se observen ramas secas o enfermas. Igualmente, si se observan frutos que ya presentan las condiciones óptimas para su recolección –tamaño, peso, forma de la piel, etc.- pueden extraerse del árbol si que esto afecte a sus próximas floraciones.